miércoles, 25 de marzo de 2015

miércoles, 15 de agosto de 2012

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sábado, 14 de enero de 2012

Mi tulipán

Una sala de hospital fue testigo fiel del acontecimiento. En el recinto con olor alcohol y a suero barato, Dante se despertó con un dolor terrible en la espalda, lo que le recordó que, la noche anterior, lo internaron de emergencia. La mañana gris lo arrastraba a quedarse entre las sábanas, pero era hora de sus medicinas, no tenía tiempo para quedarse. Se incorporó y se dirigió hacia el velador. En el lugar, hermosos tulipanes que nacían de un jarrón oriental, le dieron la bienvenida. El cuadro le pareció extraño de por sí, pero lo más extraño, aún, fue el sobre rosa que yacía efímero sobre el velador. Fue entonces que recordó: los tulipanes eran las favoritas de Lyem. La carta en el sobre decía:

Hola Dan. En la noche, cuando llegue a casa y me di con la sorpresa que te internaron en la clínica, casi muero de miedo. No sabes lo terrible que fue para mí. Apenas llegue de clase, lo primero que hice fue tomar un taxi he ir a verte, pero no me dejaron ingresar porque dormías. No entiendo por qué no cambias y dejas de beber tanto. Sabes que no solo te haces daño ti mismo, sino también a los que te queremos. –Dante leía el papel inexpresivo, como si aquellas palabras cargadas no significaran nada para él-. Sé que no te importa lo que la gente siente por ti, pero sabes que yo siempre estaré a tu lado, pase lo que pase. Y ya que no me dejaron entrar a verte, algo que quise mucho, le dije a la enfermera que colocara los tulipanes en tu habitación para que siempre me tengas presente, a mí me calman, espero que a ti también. No puedo esperar el momento en que salgas para poder abrasarte y demostrarte que lo que tú crees inexistente, sí existe… Te quiere, Ly.

Los ojos de Dante no derramaron lágrima alguna, todo lo contrario. Acaso la enfermera no podía dedicarse solo a hacer su trabajo y dejarse de hacer encarguitos amorosos, pensaba mientras arrugaba el papel que moría con Lyem en su interior. Estúpida enfermera, sentenció.
Al cabo de unos días, cuando mejoró, le llegó la noticia de que Lyem lo visitaría. Tener a Lyem aquí es lo que menos deseo, no es lo mejor, pensaba mientras apretaba sus puños contra las sabanas. Sabía que no era lo mejor para ella. Lyem se merecía algo mejor que él. El corazón de Dante se encontraba marchito por el tiempo al igual que los tulipanes en el jarrón chino.
Fue un domingo por la mañana cuando Lyem lo visitó.

El sol, misteriosamente renacido, filtraba su luz entre las cortinas iluminando todo la habitación. Dante había solicitado a la enfermera, que en algún momento llamó estúpida, cambiar las flores del jarrón. Ahora, nuevas tulipanes renacían brillantes al igual que el nuevo Dante. Se había prometido, así mismo dar todo de sí para que funcionase. Mientras los dos jóvenes, más parecidos a niños, que reían de cosas sin sentido, algo cambiaba en el interior de Dante con cada sonrisa que dibujaba Lyem. Pocas veces lo habían hecho sentir feliz. De pronto, miró fijamente los ojos de la mujer que se encontraba a su lado, la tomó de la mano, hubo silenció, tragó saliva y de lo más profundo de su ser salieron las palabras: Te amo…

viernes, 13 de enero de 2012

Es bueno hablar con los amigos

Hoy, creo, aprendí de la experiencia. Mi buen amigo, el del costado, Tamariz, me enseñó mucho de lo que sabey el también aprendió de la experiencia. Él, quien en su juventud fue un bohemio y mataperrero, me hizo analizar un poco mejor mi relaicón.

Para empezar me hizo entender que los polos opuestos no necesariamente, y creo que quizo decirme nunca, se atraen. Algo así como que la literatura (yo) y ella (física) es una combinación, muy peligrosa.

Hizo que le dijera tres cosas que me gusta de ella. Me agarró frío, no supe que responder. Dije, creo, tres cosas que me gustan, y ella no tiene, creo. Primero, inteligente sí es, pues estudia física en la San Marcos. Segundo, hogareña. Aguanta, aquí si resbalé. Ella es hogareña hasta cierto punto, pero cieeeerto punto. Y tercero, libre. ¿Es posbile que a alguien le guste la libertar del otro? No sé, pero creo que aquí sí le achunté.

También hablamos sobre lo cambiante que es una mujer. Que un día te dice las cosas más lindas y otras te bota como un perro. Pero también hablamos que eso es normal y que es mejor fijarse en las cosas más profundas. Y creo, 'ella' ha hecho varias de esas cosas. Espero no equivocarme.

Jajaja, me gusta esta terapia. Robarle na media horita a la chamba y escribir. Es relajatnte.

...aguanta. No escribo para que alguien lea esto. tampoco para que me comenten. Y ni mucho menos para ser leido. Escribo porque me gusta. Continuemos.

Cierto, ayer quedamos en que hoy vendría a recogerme e ir a bailar tango, una clase gratuita, claro. La llamé, penasndo que tenía saldo en el teléfono. Espero que el mensaje de texto que te llega aviasndo que te llamaron, le haga pensar que la controlo. En fin.

La tarea de todos los días: pensar y repenasr ¿es ella para mi? Aún no encuentro la respuesta o quizás la sé y me reuso a aceptarla. Más tarea par la casa.

Actualización: acabo de leer esto y me di cuenta que lo escribí un viernes 13. ¿Un día de mala suerte?

jueves, 12 de enero de 2012

Más de lo mismo

Ayer en la tarde salimos a comer algo y ella estaba rara, según ella, muy sensible, supongo, porque estaba con la regla. Rara así como cuando no te habla, no te mira, divaga y piensa. Mira hacía el cielo, y mueve su cabeza negativamente, como negándose o negándote. No lo sé. No se que pensar en esos ratos. Durante toda la cena, o gran parte de la misma, que es lo mismo, fue más de lo mismo.
Distante, ida, una desconocida para mi. De rato en rato, una que otra sonrisa, quizás forzada, haca mi, un beso y una caricia. Quizás la música cortaveneas de cantina cumbiambera que sonaba del parlante del local, emporó la cosa. Mierda, mierda, mierda.

Luego de comer, mientras regresabamos a su casa, estaba mejor, más amorosa, más engreida, o eso creo. Es un misterio. ¿Misterio? Complicada, díficil, diría yo, o eso tengo que decirme a mi mismo. Odio cuando se pone así, tan voluble, "soy, no soy y a veces soy". Lo odio. En fn. En la noche, cuando llegamos a su casa, nos sentamos en el sillón, se sentó en mis piernas y abrazados hablamos. Le dije eso, que era lo que me molestaba. Me dijo que no me preocupara, que no pensaba en nadie, que sí me quería, que estaba decidida. Que si psaba eso era porque yo era hombre. Luego me dijo que no quería idealizarme, que estaba mal, porque si en el futuro encontraba defectos en mi no echacasen a perder la relación.

Hace rato la llamé y estaba rara, la noté rara. No debería serme raro eso ya. Si casi siempre es así, por no decir siempre. Madlita sea. Estaba en su facultad, la cual está tomada, es decir no puede estudiar. Escuchaba bulla en el fondo, lo que imagino que debe estár con sus amigos y entre ellos el pata, del que les conté. ¿No les conté? Lo haré pronto tengo muchas cosas que contar sobre ee tipejo. En fin, luego les cuento más.

viernes, 23 de diciembre de 2011

Entrega

Le costó, pero entendió. Además ella era así, por eso tuvo comprender. Pero en un instante se detuvo y pensó, no solo era por eso sino también por el miedo a la soledad. Miedo a estar nuevamente solo. Por eso, cree, ahora que lo pensó bien, que dará todo de sí. Dicen que amar es dar y entragar, oe eso cree, esque tampoco sabía ya que creer, solo que en el poco tiempo que pasaron juntos vivieron mucho, y tenía miedo a perder eso. POr eso, dará y entragará sin pedir nada a cambio. O al menos hasta que se canse o ella despierte y se rompa su burbuja, su individualismo. La ama.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Kokus Bar

No recuerda como fue que conoció el lugar. Solo tiene un recuerdo vago. Un amigo, un famliar, tiene todo borroso. Pero aquién sí recuerda, y muy bien, es a ella.