miércoles, 22 de octubre de 2008

Vanessa

El sonido de sus blancas zapatillas por el sucio pasillo con olor a alcohol, anuncian su llegada. La temperatura se modifica y el pútrido ambiente se transforma tratando de igualarla.
Su tímida figura, escondida entre sus ropas blancas, revela un torneado dorso y unos curiosos pechos pequeños acariciados como olas por su largo cabello negro. Ella, a pesar de todo, vive con la pasión a flor de piel y eso lo ratifico yo que sentí en carne propia las noches sin dormir y el estridente sonido de trauma shok. Pero.. hoy me voy y es casi seguro que no la volveré a ver más. Sin embargo, nunca olvidaré sus expertas manos tocando mi vientre, lo mejor que probé en este lugar; manos frías pon acción del latex, pero ,estoy seguro, calidas en la profundo. Tampoco olvidaré su figura en el humbral de mi habitación cada mañana. Su sonrisa anéstesica. Sus vistosos ojos avellana. ¡Ella!. No quisiera irme nunca y conocerla mejor, quizás hasta enamorarme. Pero me he deleitado con la explosión de una estrella y me he bañaddo en su luz. Es suficiente, ya es hora de despertar y volver a mi realidad. Por todo eso, vane, no cambies.

Anónimo.

sábado, 11 de octubre de 2008

El Espectro.

Minutos antes habían discutido. Fabio, molesto, se hecho a andar con pasos rápidos alejandose del epicentro. Mientras tanto, su otra mitad temblaba. En la parada del autobus daba vueltas como león enjaulado. La espera se hacía punzante. Su celular no dejaba de sonar, era ella. Molestó metió la mano al bolsillo, sacó el aparato electronico, que no dejaba de sonar, y lo apagó. No quería saber nada de nada. Las gotas de lluvia se estrellaban en el pavimento. A lo lejos una figura fantasmal se acrecentaba. De pronto, una temblorosa mano helada lo tocó en el hombro. Fabio se volvió, y vislumbró un espectro. Fri.. fri ... o, escucho salir de los labios del fantasma. A...yu..dame, te.. ne..cesito.. continuó. La tomó del brazo con fuerza y la llevó a un rincón. Él quería acabar con todo. Fabio la fusilaba palabras tras palabra. La estupidés de fabio no entendió su enfermad.

Gotas de lluvía se estrellaban contra él. Lágrimas de ira brotaban de sus ojos. Individuos imbuidos de oscuro bailban. Ella volvía a la tierra, hacia el fondo del hueco. Al inicio.