miércoles, 22 de octubre de 2008

Vanessa

El sonido de sus blancas zapatillas por el sucio pasillo con olor a alcohol, anuncian su llegada. La temperatura se modifica y el pútrido ambiente se transforma tratando de igualarla.
Su tímida figura, escondida entre sus ropas blancas, revela un torneado dorso y unos curiosos pechos pequeños acariciados como olas por su largo cabello negro. Ella, a pesar de todo, vive con la pasión a flor de piel y eso lo ratifico yo que sentí en carne propia las noches sin dormir y el estridente sonido de trauma shok. Pero.. hoy me voy y es casi seguro que no la volveré a ver más. Sin embargo, nunca olvidaré sus expertas manos tocando mi vientre, lo mejor que probé en este lugar; manos frías pon acción del latex, pero ,estoy seguro, calidas en la profundo. Tampoco olvidaré su figura en el humbral de mi habitación cada mañana. Su sonrisa anéstesica. Sus vistosos ojos avellana. ¡Ella!. No quisiera irme nunca y conocerla mejor, quizás hasta enamorarme. Pero me he deleitado con la explosión de una estrella y me he bañaddo en su luz. Es suficiente, ya es hora de despertar y volver a mi realidad. Por todo eso, vane, no cambies.

Anónimo.

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